martes, 18 de noviembre de 2014

PROAS AL VIENTO EN LA SIERRA DE SÁLBADA. TERTANGA-ENCIMA ANGULO. DOMINGO 16 NOVIEMBRE 2014.



...Viento enfurecido, gotas de lluvia dispersas que al tocar nuestras caras pican como granizo. Poco a poco avanzamos expuestos a estos elementos durante un buen rato, sin posibilidad de guarecernos en ningún lugar; caminamos por los altos de la Sierra de Sálbada, de la que emergen como proas hacia el Valle esas hermosas cimas, Bedarbide, Tologorri, Ungino, ese espectacular Ojo que apenas pude ver pero...bueno, retrocedamos al inicio, que poco tiene que ver con esta descripción...
Amanece un domingo nublado en Donostia, está lloviendo. A las 7 de la mañana partimos los 2 autobuses hacia tierras de Urduña (Orduña), donde una mañana más seca nos estaba esperando. Comenzamos la 29 etapa de esta EHO a las 9,25 h encarándonos hacia la muralla de la Sierra de Sálbada con el Pico del Fraile, o Fraileburu a nuestra derecha. 

 
 
Una vez alcanzado el alto, después de una dura subida, se puede observar ya la cima de Txarlazo con el característico monumento en honor de la Virgen de La Antigua, a 938 metros de altitud. 


Se desciende hacia el Portillo de Gordetxo para luego ascender por pendiente de hierba hacia la cima de Txolope, a 1028 metros; bajo esta cima se encuentra un viejo refugio incrustado en la roca. 

 

El día aguanta a pesar de los negros nubarrones que se empiezan a vislumbrar en la lejanía. Nosotros a lo nuestro, seguimos disfrutando del paisaje que, pese al fuerte viento, nos brinda esta preciosa Sierra. Continuamos, pues, caminando y sintiendo cada paso, como siempre. La cornisa nos depara un espectacular paisaje sobre el Valle de Aiara. 


Continuamos hasta topar con la cima de Bedarbide (1041 m) mientras finas gotas comienzan a salpicarnos poco a poco. Logramos comer el hamaiketako cuando el viento y el agua nos dan una pequeña tregua, todavía no había empezado lo peor.
Seguimos caminando entre pastos, vacas y caballos, mansamente, tranquilamente. Ya nos hemos acostumbrado al aire peleón de estos lugares. 


Pronto llegamos a una fuente donde algunos llenan sus cantimploras; a escasos metros de la misma se alza la cima de Tologorri, de 1066 metros, con esa característica figura en forma de proa que a todos se nos quedó grabada en la anterior etapa viéndola desde el Salto del Nervión. 
 

Vamos sacando las capas, cubre-mochilas, gorros y guantes...No merece la pena sacar los paragüas, el viento se ríe de ellos. Ahora estamos a su merced, hace con nosotros lo que quiere. Nos zarandea, solo podemos mirar al suelo, y nos trae la lluvia...Pienso en bajar, sólo  bajar, pero levanto la vista y hay otra cima que me embruja, esa proa perfecta hacia el Valle, sólo quiero llegar a ella...Veo un ojo grande, y a través de él, una inmensidad, pero mis piernas me obligan a continuar, tengo frío, tanto frío...Cima y Ojo de Ungino (1105 m).
  


Próxima cima, Eskutxi (he tenido que preguntar), evitamos la cima de Peña de Aro y llegamos al collado de Portillo de Aro, donde, me dicen después, estaba la Ermita de San Vitores con la figura del santo decapitado...ni me enteré. 


A partir de ahí, dejó de llover, y nos adentramos en un precioso bosque de hayas, donde el otoño lo llenaba todo de colores, no se sentía el viento, tan sólo el ruido de nuestras pisadas sobre las hojas caídas, como en una alfombra mullida. Entonces, pensé, me hubiera quedado plantada como uno de esos preciosos árboles, sólo por llenarme de ese color y de esa paz que me rodeaba, pero ya era tarde...Se me secó la ropa encima y todo el frío se me esfumó entonces. En 8 horas, 25 kilómetros y 1200 metros de desnivel llegamos hasta el pueblito de Encima Angulo donde, en una curva de la carretera, nos esperaban nuestros autobuses para la vuelta. Bilbo contemplará nuestra llegada el mes que viene ...

                                                                                        (MIREN MUÑOZ)

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