Día gris en esta primera etapa. Las capas y paraguas predominan sobre un paisaje nublado y húmedo . La cita puntual, a las 7,30 en el Buen Pastor, donde tantas veces salimos en nuestras excursiones del Club, pero esta vez, el autobús únicamente lo utilizamos para dejar nuestra ropa seca que tanto vamos a agradecer al terminar la ruta, mojados, cansados y felices.
El recorrido nos ha llevado por calles solitarias, a horas intempestivas de la mañana, mientras poco a poco iba amaneciendo. Pocos de nosotros hablábamos, simplemente nos dejábamos llevar bajo la lluvia hacia zonas más verdes ya fuera de la ciudad. Después de recorrer las calles del Barrio de Egia, pasamos por la rotonda de Beharko una vez dejado el cementerio, para dirigirnos hacia Garbera. El asfalto por el que hilos de agua van bajando mientras ascendemos, ya cerca de Txoritokieta, va a parar a un sendero embarrado. Pronto el grupo se va animando y empezamos a hablar. Es de día y deja de llover intermitentemente dándonos algún respiro. Paramos cada cierto tiempo para reunirnos ya que el grupo se estira y es conveniente estar más cerca unos de otros. Vamos de maravilla, a un ritmo que nos permite charlar y cambiar impresiones.
En Listorreta paramos a tomar algo, y desentumecernos. Es un paraje tranquilo donde hay unas cuantas mesas en las que es imposible sentarse, todo rezuma humedad. Ya llevamos un buen rato y sigue el día plomizo, con un “sirimiri” persístente. El juego de colores de las capas y paraguas entre la niebla sirve de cuadro para muchos fotógrafos que como locos se lanzan a la vorágine de las instantáneas aquí y allá.
Reanudamos la marcha, esta vez rumbo a la primera “tachuela” del día, el Aldura (551 m), al que subimos sin problemas después de 3,30 h de marcha. Las botas se pegan al suelo, ya estamos muy sucios y embarrados. Debe de haber un buen panorama desde esta atalaya…pero el caso es que en toda la travesía no hemos visto más que los mendizales más cercanos por delante y por detrás. La luz de la niebla en el bosque es impresionante. Troncos, ramas, serpiente multicolor avanzando poco a poco, chapoteo, risas e historias en pequeños grupos.
Reanudamos la marcha, esta vez rumbo a la primera “tachuela” del día, el Aldura (551 m), al que subimos sin problemas después de 3,30 h de marcha. Las botas se pegan al suelo, ya estamos muy sucios y embarrados. Debe de haber un buen panorama desde esta atalaya…pero el caso es que en toda la travesía no hemos visto más que los mendizales más cercanos por delante y por detrás. La luz de la niebla en el bosque es impresionante. Troncos, ramas, serpiente multicolor avanzando poco a poco, chapoteo, risas e historias en pequeños grupos.
Bajamos, para volver a subir, en un tobogán de charcos y barro. “Cuestón” hasta alcanzar el Zaria (642 m), después de otra hora más.
A estas alturas ya estamos aclimatados a lo que haga falta.
Llegamos al Collado de Bianditz después de ascender al Bunanagirre (781 m) que lo pasamos “de refilón” , para comer el bokata y donde uno de los autobuses está esperando por si alguien necesita quedarse en ese punto. Sólo una persona termina ahí , el resto, todos a una, emprendemos la marcha hacia BIanditz (841 m, ¡mayor altura conseguida!), donde llegamos después de 7 h de marcha. No hay foto de cima, porque nos ha cogido otra fuerte “chupa” de agua, a añadir a los litros que ya íbamos arrastrando por dentro y por fuera….llegada a Agiña ávidos de ropa y calzado secos, ilusionados por el buen transcurso de esta primera etapa de nuestra querida travesía, después de 8 horas de marcha. Volvemos hidratados a casa, en espera del siguiente tramo que nos acerque más a Baiona, si cabe, un poco menos mojados.
A estas alturas ya estamos aclimatados a lo que haga falta.
Llegamos al Collado de Bianditz después de ascender al Bunanagirre (781 m) que lo pasamos “de refilón” , para comer el bokata y donde uno de los autobuses está esperando por si alguien necesita quedarse en ese punto. Sólo una persona termina ahí , el resto, todos a una, emprendemos la marcha hacia BIanditz (841 m, ¡mayor altura conseguida!), donde llegamos después de 7 h de marcha. No hay foto de cima, porque nos ha cogido otra fuerte “chupa” de agua, a añadir a los litros que ya íbamos arrastrando por dentro y por fuera….llegada a Agiña ávidos de ropa y calzado secos, ilusionados por el buen transcurso de esta primera etapa de nuestra querida travesía, después de 8 horas de marcha. Volvemos hidratados a casa, en espera del siguiente tramo que nos acerque más a Baiona, si cabe, un poco menos mojados.
(MIREN MUÑOZ)