Una vez más, creíamos que el tiempo, a pesar
del pronóstico (lluvia, maldita palabra), nos iba a dar una tregua despejada y
seca, para deleitarnos con esos bosques ocres, naranjas y marrones
y esas lomas por las que discurre esta preciosa etapa entre Arla y
Maule, capital de Zuberoa, pero no fue así.
Las 2 primeras horas disfrutamos de
unas vistas llenas de colorido a pesar de las nubes aunque salía un tímido sol,
pero a partir de las 11 de la mañana, varios frentes a nuestro alrededor
disputaban la descarga del líquido elemento sobre nosotros, poco después de la
parada a echar un bocado. Allí estábamos, como siempre, agrupados, indefensos
frente a los caprichos de la naturaleza, cayó una gota, una insignificante gota
llena de agua a rebosar, y luego otra y más y más…y todos sacamos nuestras
capas, paraguas y cubre-mochilas para aguantar el chaparrón.
Habíamos pasado ya
por el collado de Napal en un comienzo de día precioso, en el que el sol se
colaba por el bosque y las nieblas daban un toque especial al paisaje (se
llegaba a ver la zona de Pirineos cercana); Este collado hace muga entre las
provincias de Behenafarroa y Zuberoa y nos proporciona hermosas vistas sobre la
selva de Arbailleta que ya atravesamos la etapa anterior. Unos postes en el
prado nos indican que es zona de caza de paloma con red.
Discurrimos por asfalto en varios tramos de
esta etapa, y uno de ellos una vez pasado el collado de Napal.
Poco a poco, vamos
buscando ya la primera cima en suave subida por una loma herbosa, el Elaudi
(700 m), al que accedimos sin ningún problema, yendo esta vez todos bastante
“apelotonados” (ritmo lluvia). Habían
pasado ya 2 horas desde que comenzamos la marcha en Arla. Al fondo a la
izquierda y entre la niebla que va cubriéndolo todo se aprecia la Ermita de Saint
Antoni (705 m), en una gran explanada.
Se
dice que desde esta cima del Elaudi las vistas son espléndidas (tierras de la
Alta Zuberoa e incluso Pirineo navarro), pero nos tenemos que conformar con el
verde de las lomas cercanas y muy tenuemente la Ermita de Saint Antoni, a la
que llegamos después de pasar por el collado Ehutza (570 m) pasados 20 mojados
minutos. Esta Ermita o capilla es de color blanco, y tiene un campanario
trinitario, bastante común en esta zona de Zuberoa. Sigue y sigue lloviendo,
las gotas se van pegando a mi txamarra y empiezo a notar la humedad en el
cuerpo (los paraguas ya los rompí en anteriores etapas).
Un barro de enormes
proporciones va acompañando nuestro caminar, formando verdaderas “plastas” en
la suela de las botas, vamos resbalando varias veces hasta que llegamos, a
veces por pista y otras por camino, hasta una carreterita que baja del puerto
de Oskaxe a Muskildi. Sacudiendo en el asfalto las botas y dejando los
“mogotes” de barro desperdigados, continuamos de nuevo, después de unos 500 m,
por una pista a la izquierda hasta alcanzar el siguiente collado (Kakueta), al
que llegamos habiendo abierto y cerrado unas 500 cercas (¿eh Andoni?), en fin,
día de barro, cercas y ermitas…Del collado una pista enfrente se va dirigiendo
siguiendo unas marcas verdes y amarillas , bordeando lomas a derecha e
izquierda, hasta dar con la siguiente Ermita, la de San Gregorio, situada en un
lugar bastante parecido al de la de Saint Antoni (sólo que esta vez se veía el
entorno);
Habían pasado ya 4 horas desde la salida.
El Valle donde se asienta
Maule es precioso, una explanada repleta de “motitas” con forma de casa rodeadas
de verdes prados.
Aprovechamos para comer algo al resguardo del
viento que soplaba con bastante fuerza. Había bajado bastante la temperatura
desde las 9 de la mañana (todos recordamos esos momentos en los que caminábamos
con manga corta o camiseta, con ese calorcito…). Nuevas gotas dispersas nos
ponen en nuestro sitio de nuevo. Vuelta a las capas, las txamarras ya húmedas,
los paraguas, nuestro uniforme en esta EHO.
Seguimos deslizando por el barro,
abriendo y cerrando cercas, hasta que llegamos a unas casas desperdigadas que
avisan de la cercanía ya de Maule.
Volvemos a pisar asfalto por carreteras
estrechas, hasta que, después de volver a entrar en pistas atravesando cercas y
caseríos,
por fin vemos los autobuses esperando, ¡qué alegría, qué emoción!,
acabamos cansados por el barro que, como dificultad añadida, nos hemos traído esta
vez a casa…
Agua, naturaleza (vida), colores, bosques y
prados, historia, …barro…, es lo que nos ha dado este día, completando la etapa
en 8 horas, con un desnivel de 1000 m. y 21 km más de EHO.
Maule, capital de Zuberoa
y núcleo más importante de esta región, con el río Uhaitzandia que la
atraviesa, y con su castillo y casas y palacios de corte medieval, pone fin a este primer año de recorrido por
Euskal Herria, con 9 salidas con mucha “miga”. Somos incombustibles y ya no hay
nada que nos pare…¿vendrán las etapas el año que viene terroríficas de calor?,
¿nos caerá nieve?, ¿acaso faltaría alguna alerta roja? , no lo sabremos hasta
febrero, ¡larga vida a la EHO!.
Por favor, dejar a las clarisas en paz y
comencemos un nuevo año con lo que nos brinde la naturaleza, ¡hasta la vuelta
chicos!.
Etapako zuen argazkiak jarri nahi badituzue, nahikoa duzue haiek dauden helbide elektronikoa bidaltzea Posta helbide honetara. Ondoren, guk jarriko dugu. Si queréis poner vuestras fotos de la etapa correspondiente solamente nos tenéis que enviar el enlace de dónde están a esta Direccion de Correo. Nosotros lo pondremos a continuación.