¡Qué preciosidad de paisaje nos ha tocado recorrer este domingo de mayo!. El cereal, verde como en ninguna otra época del año, y el sol reluciendo sobre nuestras cabezas, dando esa luz de primavera, con esa exuberancia de flores por todos los lados...¿kilómetros??, han sido unos 29, cubiertos en 8 horas y cuarto.
Tocaba madrugar, a las 7 en punto en el Buen Pastor. Unas 85 personas de nuevo reunidas en nuestro caminar, cumpliendo mes a mes con esta cita que nos convoca para estas horas de esfuerzo por conocer nuestra tierra a través de sus montañas. Vamos acercándonos a Gasteiz, estamos a "tiro de piedra", llegamos en junio...
Bordeamos el macizo del Toloño, cima ya ascendida el pasado mes, para llegar en un par de horitas al pueblo de Ocio, donde damos cuenta del hamaiketako de rigor. Después de reponer fuerzas y sintiendo el sol calentando la piel (buen embadurnamiento de crema), proseguimos la marcha embobados por el paisaje de verdes que nos envuelve. Caminamos bajo la sombra de las ruinas del castillo de Ocio, varios siglos nos observan.
Entre pistas y caminos suaves nos encontramos de repente con la "vertical" a la cima del Txulato (946 m), que nos deja a la gran mayoría con la "lengua afuera"...
Jadeantes después de los últimos metros de ascensión, nos agolpamos en su reducida cima, en la que por supuesto para entrar había que pedir la vez, bajaba uno y accedía otro...¡Vaya muchedumbre agolpada!. Hay un curioso buzón con un torico enjaulado.
La bajada cada uno la hace como puede, con varias culadas antológicas. Por el Valle de Reajo vamos avanzando entre baja vegetación, dejando la GR-1 que íbamos siguiendo camino de Portilla. Luego cogemos pistas anchas y caminamos a la sombra de un pequeño bosque.
Las ruinas del castillo de Portilla, en lo alto, como debe ser, vuelven a retrotraernos a épocas antiguas, ¡vaya sitios estratégicos y menudo trabajo de edificación!...Poco a poco nos vamos acercando al pueblo de Villanueva de Tobera, donde el agua fresca de 2 magníficas fuentes nos refresca, hidratación a tope, mientras vamos pensando ya en la paradita de la comida del día.
Llegamos a un sitio precioso, junto a un pequeño puente, lugar ideal para recabar fuerzas cara a la última ascensión del día. Comemos, bebemos, charlamos y descansamos a la sombra...después de 22 km de andadura era lo propio, aunque a más de uno le pesó el haber comido al afrontar la "cuestita" por el cortafuegos hacia la cima del Cerro (900 m)...Esos casi 200 metros, con gran pendiente, fueron terribles. Casi sin poder "zigzaguear" en condiciones, en línea recta, algunos sufrieron de lo lindo para llegar a la loma cimera.
Una vez en lo alto, ya se divisa el pueblo de Trebiño, asi como el recorrido de los últimos meses, en la lejanía, Sierra Cantabria, el Bonete de San Tirso, La Cruz de Hierro, Palomares, lejos...ya lejos....y un verde maravilloso.
Hemos tenido que hacer en pleno mes de mayo esta etapa, para llenarnos de esa intensidad de sol, verde y flores. El cereal en esta época del año está de postal.
Una vez más, hemos recorrido otro pedacito de esta tierra, Euskal Herria es grande en montaña y contrastes, en historia y pueblos con vida. Sigamos pues con este entusiasmo, va faltando menos para completar esta entrañable vuelta.
(MIREN MUÑOZ)
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