Musikarekin irakurri nahi baduzu ...
…y llegamos
al centro de Euskal Herria, geográficamente hablando, y a la vez, al ecuador de
nuestra travesía. El día salió medio nublado, y todavía dudábamos de tener
tiempo decente que nos permitiera disfrutar de las preciosas vistas ya que una
nube gorda y larga cubría la sierra a primera hora de la mañana…
Nos temíamos lo peor, acostumbrados a los muchos días de lluvia y poca visibilidad, pero ¡falsa alarma!, en cuanto enfilamos hacia el collado de Olarregi por la pista desde Ollo, las nubes se abrieron y nos brindaron el día más apropiado para la difícil etapa, nublado y algo fresco. A las 2 horitas del comienzo de la andadura, estábamos en el collado, ahí ya una persona tuvo que bajar hacia Irurtzun por problemas de estómago,
el resto hacia el Gaztelu (1.000 m) desde cuya cima ya se podía contemplar toda la Sierra de Satrústegi por donde íbamos a circular a continuación, así como los valles de Larraun y Arakil.
Azotaba el viento, que hacía que la temperatura bajase unos graditos. Llevábamos ya 2 horas y media de travesía.
Nos temíamos lo peor, acostumbrados a los muchos días de lluvia y poca visibilidad, pero ¡falsa alarma!, en cuanto enfilamos hacia el collado de Olarregi por la pista desde Ollo, las nubes se abrieron y nos brindaron el día más apropiado para la difícil etapa, nublado y algo fresco. A las 2 horitas del comienzo de la andadura, estábamos en el collado, ahí ya una persona tuvo que bajar hacia Irurtzun por problemas de estómago,
el resto hacia el Gaztelu (1.000 m) desde cuya cima ya se podía contemplar toda la Sierra de Satrústegi por donde íbamos a circular a continuación, así como los valles de Larraun y Arakil.
Azotaba el viento, que hacía que la temperatura bajase unos graditos. Llevábamos ya 2 horas y media de travesía.
Retornamos
de nuevo hacia el collado, sin parar de mirar hacia la fuerte pendiente que nos
llevaría hasta la cumbre de Txurregi (1.125 m). Pegados a la valla y cada cuál
como pudo, fuimos zig-zageando manteniendo el ritmo y la respiración, poco a
poco, con el corazón en marcha, aspirando el aire limpio sin perder de vista la
segunda cima del día.
Nos quedaba
por delante toda la sierra de Satrústegi, por la que tuvimos que caminar en un
“sube-baja” a veces pegados a la cresta y otras bajando un poco más por el boj
crecido que hacía más difícil la progresión. Las vistas impresionantes sobre el
valle del Arakil atravesando hermosos cortados.
Nos costó una barbaridad llegar hasta una de las cimas, con un gran montón de piedras, para seguir progresando hasta la “primera” de las cimas, donde está el buzón, a 1.207 m.
Esta sierra forma parte de la Sierra de Andía; Las vistas abarcan hasta Urbasa, por donde circularemos en la próxima etapa. Se atraviesan varios pasos de alambrada, ya rotos, que junto con el miedo a las alturas, y el molesto boj hicieron que fuera la parte de la etapa más “dura” para algunos. A partir de aquí, el terreno se vuelve más “amable”, pisando hierba durante un buen rato, abandonando la cresta y llegando al “centro de Euskal Herria” en media hora más.
Nos costó una barbaridad llegar hasta una de las cimas, con un gran montón de piedras, para seguir progresando hasta la “primera” de las cimas, donde está el buzón, a 1.207 m.
Esta sierra forma parte de la Sierra de Andía; Las vistas abarcan hasta Urbasa, por donde circularemos en la próxima etapa. Se atraviesan varios pasos de alambrada, ya rotos, que junto con el miedo a las alturas, y el molesto boj hicieron que fuera la parte de la etapa más “dura” para algunos. A partir de aquí, el terreno se vuelve más “amable”, pisando hierba durante un buen rato, abandonando la cresta y llegando al “centro de Euskal Herria” en media hora más.
A las 4,30 h de haber salido del pueblito de Ollo paramos a comer algo y
hacernos varias fotos de grupo, la ocasión lo merecía, ecuador de esta vuelta y
a la vez, centro de Euskal Herria.
Nos ponemos
enseguida en camino hacia Beriain (1.493 m), con su hermosa Ermita dedicada a
San Donato.
Nos reagrupamos para afrontar la fuerte bajada por camino estrecho y empedrado.
Se pusieron a prueba las rodillas como “guinda” al esfuerzo del día, bajando a buen ritmo, cruzando un precioso bosque de hayas con las primeras pinceladas del otoño.
Llegamos a Unanu fatigados, con ganas de beber algo pero sin bar, en fin, no siempre encontramos nuestro fin de etapa deseado…
Nos reagrupamos para afrontar la fuerte bajada por camino estrecho y empedrado.
Se pusieron a prueba las rodillas como “guinda” al esfuerzo del día, bajando a buen ritmo, cruzando un precioso bosque de hayas con las primeras pinceladas del otoño.
Llegamos a Unanu fatigados, con ganas de beber algo pero sin bar, en fin, no siempre encontramos nuestro fin de etapa deseado…
Han sido en
total 8 horas de caminata, para 22 km y casi 1.500 m de desnivel acumulado.
Como siempre, casi 90 personas hemos terminado otra etapa más, y desde luego es
para felicitar a esta gente que hace posible que todo vaya “sobre ruedas”, más
aún teniendo en cuenta la fisonomía de esta última etapa…¡ánimo chic@s!.
(MIREN
MUÑOZ)
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