Madrugón monumental en esta larga etapa que nos lleva desde el Valle del Roncal hasta las tierras de Lumbier (Irunberri) cerca ya de Iruña. 35 Km. en un día plomizo pero ideal para caminar, con una temperatura fresquita (no pasó de 10 grados) y de vez en cuando una débil lluvia que apenas nos llegaba a “inundar” como en aquellas ya lejanas etapas por el centro de Iparralde.
Salida
a las…¡6 de la mañana!..., del Buen Pastor en los 2 autobuses que ya son
nuestros compañeros de ruta.
A las 9 menos cuarto comenzamos a recorrer las
calles de Burgi dirección hacia el Puerto de Coronas, por un sendero precioso a
media ladera. Al poco de empezar, primer obstáculo en el camino; La regata
estaba crecida y no había forma fácil de pasar al otro lado.
Momentos de
indecisión, unos pasan por un lado, otros por el otro,…al final los casi 80 que
somos en la otra orilla, unos más mojados que otros…Varios árboles caídos
entorpecen un poco la marcha (nos encontramos bastantes en distintos puntos del
recorrido). El sendero continúa bajo los postes del tendido eléctrico que nos
dejan ya en el Alto de Coronas (960 m), cuando comienza ya a llover.
Tomamos aquí la Cañada Real de los Roncaleses, vía pecuaria que recorre el camino entre los pastos de verano en las montañas del Roncal (Erronkari) y las Bardenas reales donde pasan el invierno. Es una pista ancha y agradable. La vestimenta se parece mucho a la que llevábamos el año pasado por buena parte de las tierras de Iparralde, colorido de capas, cubre-mochilas y paraguas. Desde luego siempre es mejor andar por estas tierras cercanas a Iruña sin el considerable calor que nos podría hacer dadas las fechas en las que nos encontramos.
Avanzamos por pista llegando a la preciosa explanada de Legaroz donde se encuentra el dolmen del mismo nombre. Aquí hacemos una paradita para el consabido “hamaiketako”. Un poco más adelante entramos en las campas de Ollate y después llegamos al collado de Ollate (1080 m.).
Una densa niebla nos impide disfrutar del paisaje desde el collado en la Sierra de Illón.
Tomamos aquí la Cañada Real de los Roncaleses, vía pecuaria que recorre el camino entre los pastos de verano en las montañas del Roncal (Erronkari) y las Bardenas reales donde pasan el invierno. Es una pista ancha y agradable. La vestimenta se parece mucho a la que llevábamos el año pasado por buena parte de las tierras de Iparralde, colorido de capas, cubre-mochilas y paraguas. Desde luego siempre es mejor andar por estas tierras cercanas a Iruña sin el considerable calor que nos podría hacer dadas las fechas en las que nos encontramos.
Avanzamos por pista llegando a la preciosa explanada de Legaroz donde se encuentra el dolmen del mismo nombre. Aquí hacemos una paradita para el consabido “hamaiketako”. Un poco más adelante entramos en las campas de Ollate y después llegamos al collado de Ollate (1080 m.).
Una densa niebla nos impide disfrutar del paisaje desde el collado en la Sierra de Illón.
Descendemos
por fuerte pendiente teniendo a la vista el paraje denominado La Tejería, con
la carretera que une los pueblos de Bigüezal y Castillo Nuevo.
Después de atravesar la carretera tomamos un camino a la izquierda donde hay un indicador que marca ya Leire, a 2 horas (luego resultó ser un rato más). El collado de la Cerrada cuesta ascenderlo, nos estábamos acostumbrando a la suave pendiente y es un poco más exigente la subida. El sol se deja sentir en algunos momentos y pega fuerte, y más ascendiendo. Después vamos recorriendo un sendero entre árboles, muy agradable, rodeados de verde. Agradable camino hasta llegar a los Rasos de Lando (1.105 m). Por pista de piedra recorremos unos cuantos metros y donde comienza el asfalto tomamos la pista a la izquierda siguiendo ya las indicaciones que nos llevan hacia el Monasterio de Leire.
En poco más de 1 hora desde el cruce llegamos al Monasterio, primero ascendiendo ligeramente por un verdadero torrente (bajaba agua por todos los lados), y después en fuerte descenso. En Leire, donde llegamos sonando las campanadas de las 15 h de la tarde, damos cuenta de la comida del día sentados en la explanada. Los autobuses se han acercado hasta allí por si acaso había gente que quería abandonar (llevábamos ya 6 horas de marcha). Al final 2 personas lo dejaron allí.
El resto continuamos con la etapa, al principio por pista asfaltada, un poco fea, para luego ascender al collado de Ibarra (920 m) por pista más estrecha. De nuevo en la ascensión el sol empezó a “cascar” de lo lindo, aunque se mantenía el aire fresquito que hacía agradable el caminar.
Llegamos al collado después de un buen rato, que a más de uno le costó lo suyo, ya que después de comer ya se sabe lo que pasa…el calor…las piernas…el estómago bien llenito…
Después de atravesar la carretera tomamos un camino a la izquierda donde hay un indicador que marca ya Leire, a 2 horas (luego resultó ser un rato más). El collado de la Cerrada cuesta ascenderlo, nos estábamos acostumbrando a la suave pendiente y es un poco más exigente la subida. El sol se deja sentir en algunos momentos y pega fuerte, y más ascendiendo. Después vamos recorriendo un sendero entre árboles, muy agradable, rodeados de verde. Agradable camino hasta llegar a los Rasos de Lando (1.105 m). Por pista de piedra recorremos unos cuantos metros y donde comienza el asfalto tomamos la pista a la izquierda siguiendo ya las indicaciones que nos llevan hacia el Monasterio de Leire.
En poco más de 1 hora desde el cruce llegamos al Monasterio, primero ascendiendo ligeramente por un verdadero torrente (bajaba agua por todos los lados), y después en fuerte descenso. En Leire, donde llegamos sonando las campanadas de las 15 h de la tarde, damos cuenta de la comida del día sentados en la explanada. Los autobuses se han acercado hasta allí por si acaso había gente que quería abandonar (llevábamos ya 6 horas de marcha). Al final 2 personas lo dejaron allí.
El resto continuamos con la etapa, al principio por pista asfaltada, un poco fea, para luego ascender al collado de Ibarra (920 m) por pista más estrecha. De nuevo en la ascensión el sol empezó a “cascar” de lo lindo, aunque se mantenía el aire fresquito que hacía agradable el caminar.
Llegamos al collado después de un buen rato, que a más de uno le costó lo suyo, ya que después de comer ya se sabe lo que pasa…el calor…las piernas…el estómago bien llenito…
Depués
del collado se desciende hasta los 400 m de Irunberri por un sendero a media
ladera muy bonito.
Llegamos a Irunberri después de 9 horas y media y 35,8 Km. El desnivel no ha sido más fuerte que en otras etapas (1.100 m acumulados), pero lo que la ha hecho dura ha sido la longitud de la misma.
Llegamos a Irunberri después de 9 horas y media y 35,8 Km. El desnivel no ha sido más fuerte que en otras etapas (1.100 m acumulados), pero lo que la ha hecho dura ha sido la longitud de la misma.
Esta
etapa en un principio pasaba por la Foz de Arbaiún por el camino denominado de
La Canaleta. En lugar de tomar en los Rasos de Lando la pista a la izquierda
nada más comenzar el asfalto, se debía seguir por el mismo algunos kilómetros
más y llegar a la carretera que sube a Arangoiti dejándola por pista más
adelante a la izquierda recorriendo el Barranco de Valdelaco hasta dar con La Canaleta que recorre la Foz
de Arbaiún hasta Usún y la Ermita de San Pedro. No ha podido ser dado el
peligro que encerraba un paso estrecho en plena pared de la Foz, con 30 m de
caída y la piedra mojada por la lluvia. Somos tantos...un verdadero riesgo.
Nos adentramos pues en zona más seca, acercándonos a
Iruña poco a poco…Ya es hora de sentir el sol y no llevar las capas,
cubre-mochilas y paraguas colgando continuamente.(MIREN MUÑOZ)
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