Musikarekin irakurri nahi baduzu ...
Comenzamos esta tercera etapa preocupados, alguien entre nosotros tiene que ser un gafe.., otra más bajo la lluvia.., cuando llevábamos casi 2 semanas de buen tiempo…¡pero no!, el astro rey se presentó para darnos luz y calor cuando llevábamos escasamente ½ h. de camino…Como digo, todo empezó bajo la lluvia, 8:45 h de la mañana, 2 autobuses, capas y cubremochilas, paraguas, frío y viento. El Col de S. Ignace así nos recibía…hasta que las nubes decidieron subir e ir desapareciendo cuando llegábamos a la cima de Suhalmendi (300 m), después de cerca de 1 hora de camino; Bonita atalaya sobre las tierras labortanas. Seguimos teniendo Larrun como referencia cercana, aunque ya se empiezan a divisar algunas alturas a lo lejos, todavía muy lejos. Nos separan 2 etapas casi llanas antes de entrar en Itxassou, al pie de Artzamendi…pero eso es asunto de próximas etapas…
La del domingo ha transcurrido tranquila, serena, entre caseríos labortanos bien cuidados, y carreteras tranquilas.
Asfalto al final, los 7 kilómetros sobre todo, paralelos al río Errobi, llegando ya a Baiona. Hemos pasado por el bonito pueblo de Senpere, tras 1 hora de recorrido suave una vez descendido el Suhalmendi, para, poco a poco, acercarnos al “hamaiketako” del día, en una zona de mesas de madera junto a una borda.
Tras reponer fuerzas seguimos entre pista y asfalto, entre bellas casas con jardines, y bastante barro en algunas zonas, enfilando hacia la segunda “tachuelilla” del día, de apenas 100 m de desnivel, el monte Santa Bárbara, al que llegamos después de 5 horitas de marcha.
Este monte tiene unas feas antenas en su cima y pocas vistas, así que rápidamente, y después de un “amago” de chaparrón, emprendemos la bajada por camino estrecho y bastante barro hasta el barrio de Arruntza, en las inmediaciones de Ustaritz, a unos 10 km. ya de Baiona, nuestra segunda capital, a la que llegamos después de una parada en la plaza del frontón de Arruntza a comer.
Desde aquí sólo queda bajar hasta el río y tomar el paseo paralelo al mismo, entre ciclistas y patinadores, a los que prácticamente echábamos de su carril. Los pobres quedaban asombrados con la muchedumbre multicolor que les venía de frente, con sus bastones y sus zapatillas y botas embarradas…
Bueno, por fin llegamos a Baiona, a las 16:30 h, después de 8 horas de caminar entre jardines y prados, entre pistas , senderos y asfalto, entre mimosas y árboles todavía desnudos, pero que ahora empiezan a despuntar en esta nueva estación que vamos a estrenar esta semana, y, sobre todo, acompañados por el sol, que, esta vez sí, nos ha permitido deleitarnos con la belleza de esta tierra.
(Miren Muñoz)
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